El ratoncito se volverá loco en el queso, pues el gato es en realidad un martillo de madera que intentará sacarlo del queso a martillazos. Los agujeros tienen aros de silicona así el ratoncito no sale tan rápido y se necesitan muchos golpes de martillo para lograr el cometido. El banco es estable gracias a sus cuatro patas de madera.